Parte 2: CAPÍTULO 12 "NO FORNICARÁS"

|

Parte 2:
CAPÍTULO 12
NO FORNICARÁS
Continuación…..

Todos ustedes han visto esos arbolitos japoneses enanos, retorcidos y distorsionados a un grado increíble. Los vemos como una curiosidad y como tal los admiramos, pero esto no quita que son un atentado contra la naturaleza. Como lo es un ave enjaulada y un animal amarrado. También sabemos todos que lo prohibido adquiere un atractivo fuera de toda proporción. Eso es lo que ocurrió con todos los intentos de frenar al Principio de Generación, tales como la de darle a la manzana de Adán una interpretación sexual, la de adulterar y añadir a los textos inspirados; todo por ignorancia por el empeño de ejercer dominio o poder sobre los demás. El significado metafísico del mandamiento “No cometerás adulterio” es precisamente “No malinterpretes las leyes porque no lo lograrás”, o sea, que el efecto será el contrario de lo que tú deseas y la ley misma se encargará de dar el mentis a lo que has dicho. Para el Maestro Jesús, el dogmatismo fanático era aún más repugnante y más digno de castigo que el libertinaje sexual y así lo expresó cuando dijo: “Ay de ti Corazin, ay de ti Bethsaída, os digo que a Tiro y a Sidón les será más tolerable el castigo que a vosotras”. Corazin y Bethsaída eran pueblos bíblicos. Cada nombre de pueblo o ciudad en la Biblia es un símbolo. Estos dos nombres simbolizan el dogmatismo y el fanatismo. Tiro y Sidón simbolizan desviacinoes sexuales. De manera que él dijo textualmente que a los pecados sexuales les sería más tolerable el castigo que al dogmatismo y fanatismo los suyos. En otras palabras, que serían más duramente castigados los fanáticos religiosos que las rameras. Volviendo a la referencia que hice al comienzo de este capítulo, San Mateo capítulo 19, ver 4 al 12, voy a copiarlo completo: Entonces vinieron a él fariseos tentándole y diciéndole: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?”. Él respondiendo les dijo: “No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo. Por esto el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne? Así que ya no son más dos, sino una sola carne, por lo tanto lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Le dijeron: “¿Por qué, pues mandó Moisés dar carta de divorcio y repudiarla?”. Él les dijo: “Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y os digo que cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. Los escribas eclesiásticos insertaron la cláusula “salvo por causa de fornicación” por su propia cuenta y riesgo. Tenían que meter de cualquier modo la palabrita y les resultó sin sentido, andando el tiempo y a la luz de las enseñanzas superiores. Le dijeron sus discípulos: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse”. Entonces, Él les dijo: “NO TODOS SON CAPACES DE RECIBIR ESTO SINO AQUELLOS A QUIENES ES DADO. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hacen eunucos por causa del reino de los cielos. EL QUE SEA CAPAZ DE RECIBIR ESTO QUE LO RECIBA. Si ustedes son capaces de recibirlo, habrán visto expuesto el Principio de Generación hasta el momento de mencionar a Moisés. La explicación original fue, sin duda alguna, más larga y detallada, ya que los discípulos comprendieron y dieron el comentario: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse”, o lo que es lo mismo “no hay para qué casarse si desde el principio fueron hechos unos”, o sea, que cuando el polo positivo y el negativo se juntan, no hay quien los separe. Cada célula que sale del seno de Dios es mitad positiva y mitad negativa, o sea, que en el lenguaje de los humanos, y en el plano humano, la célula primitiva, o el átomo original, es femenino y masculino. Al poco tiempo de estar evolucionando, se separan los dos sexos y continúan evolucionando cada uno por su lado hasta el encuentro definitivo, al final de los catorce mil años que se necesitan para adquirir la conciencia espiritual. Estos dos sexos son entidades separadas, independientes, destinadas a formar “pareja” algún día. Sin embargo, los hay que no desean separarse. Estos son los que Jesús llamó “eunucos por causa del reino de los cielos”. Es altamente confortante para todo aquel o aquella que se encuentra solitario en el camino de la vida; o que se considera infeliz y mal casado, saber que en algún plano, encarnado o desencarnado, no importa, pero existe “Él” o “Ella”, la otra mitad perfecta de cada uno, esperando unirse a su alma gemela, y que tenemos todo el derecho que nos asiste de reclamar esa unión. Si nuestra alma gemela está desencarnada nos uniremos en el otro plano. Si está encarnada, nada ni nadie más puede mantenernos separados. La ley arregla todo armoniosamente para todo el mundo si así lo pedimos “DE ACUERDO CON LA VOLUNTAD DIVINA, BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA”. Y esa otra mitad nuestra es exactamente lo que buscamos y deseamos. Lo que nos conviene por perfecta afinidad. Muchas veces, en vidas pasadas nos hemos encontrado, nos hemos unido, y es ese recuerdo el que nos hace vivir buscándola. Las doctrinas fabricadas erróneamente por los humanos han intercalado una ley que dice “lo que Dios ha unido, que ningún hombre separe”. Es exacto, pero la interpretación está errada. Se cree que esto se refiere al matrimonio efectuado en una iglesia con palabras pronunciadas por el religioso autorizado. No es así. Ya hemos visto que se refiere a la unión original de la pareja primitiva, simbolizadas por Adán y Eva. Y no es una amenaza contra el divorcio que es simplemente una solución humana, sino que es un consuelo ofrecido por la infinita ternura de Dios nuestro Padre, como para confortarnos diciéndonos “no temas hijito mío, tienes tu amor de siempre y para siempre”. Jesús vivía consciente en un plano superior. A Él le costaba bajar y hablar en el plano humano. Por eso enseñó a través de tantas parábolas ya que el sentido de éstas no varía; es el mismo en todos los planos. El sentido de una parábola no está jamás sujeto a las palabras que estén de moda o en uso. La referencia a los eunucos es casi una parábola. Se puede tomar en el sentido humano si así se desea. En el sentido científico se refiere a los neutrones, que no tienen carga positiva o negativa. Metafísicamente, los que se hacen eunucos por el reino de los cielos son los humanos que (como ustedes todos) anhelan elevarse, aprender, y estudiar lo relativo a los planos superiores. Pero como dijo el Maestro, “El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”. Observen ustedes que los grandes Maestros evitan pormenorizar cuando se habla de ese mandamiento. Hacen tal como hizo Jesús, dicen algo críptico, y que lo comprenda el que sea capaz de comprenderlo. ¿Por qué? Porque la mente de esta Quinta Raza Raíz que somos nosotros, está evolucionando entre dos planos. Tiene gran parte animal aún, y el animal ni raciocina ni sabe controlarse. Si le dan la luz verde se desborda. Si le ponen la roja se fulmina él mismo. Es un punto de equilibrio muy difícil de mantener. Demos gracias al Padre que ya nosotros estamos con un pie levantado para subir al próximo escalón, y acordémonos del episodio de Jesús, cuando vinieron a presentarle a una mujer que fue sorprendida en flagrante adulterio, y que, de acuerdo con las leyes de Israel debería ser apedreada hasta matarla. El Maestro no respondió una sílaba. Se puso a jugar con un dedo en la tierrita a sus pies. Los hombres que la habían traído se fueron yendo uno tras otro y cuando se encontraron solos, le dijo Jesús: “Mujer, ¿A dónde se han ido tus acusadores?”. Ella contestó: “No lo sé, Señor”. “Tampoco yo te acuso. Vete en paz”, fue la contestación del Maestro. [Continuación al presente Libro de la Serie Metafísica al Alcance de Todos es “Te Regalo Lo Que Se Te Antoje de Conny Méndez”]

Bibliografía: Metafísica 4-1
(CONNY MENDEZ)
Título:
NO FORNICARÁS
Cap. 12 P.pp. 99-111 Ed. Octubre 1995

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

©2009 Jonatan Isay | Template Blue by TNB